Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
Estado General de los Derechos Humanos en Honduras

Personas con VIH


La epidemia del VIH tiene un impacto en lo social, en lo cultural, lo moral, en lo económico y en el desarrollo humano en general. Una de las características que diferencia al VIH del resto de enfermedades, es que el impacto no sólo se da en el aspecto físico de la persona, sino que también afecta su identidad social y su condición dentro de la sociedad.

A raíz de su surgimiento se ha producido en ciertos sectores sociales la vulnerabilidad y la propagación ante la epidemia. Como efecto de ello se ha producido la presencia del estigma y la discriminación, con la negación, aislamiento y exclusión dentro de la sociedad a las personas con VIH.

La sociedad, poco a poco, va formando y catalogando "grupos de riesgo", como lo son los grupos de diversidad sexual y las trabajadoras del sexo, olvidando que al presente todas las personas se encuentran en la misma condición de vulnerabilidad.

Reconociendo el contexto socio-económico y socio-cultural, los escenarios de riesgo son más propensos para las personas trabajadoras comerciales del sexo, mujeres, niños, niñas, jóvenes adolescentes, garífunas, privados de libertad y los grupos de diversidad sexual.

En ese sentido, en nuestra sociedad existe mucha discriminación y estigma contra este grupo vulnerable.

En la medida en que la epidemia del VIH ha ido cobrando visibilidad, también ha tenido efectos negativos en los distintos ámbitos en que se desenvuelven las personas afectadas por su condición de seropositividad o por su relación con éstas.

Las manifestaciones más claras de estigma y discriminación demostradas por el resto de la población, debidas al desconocimiento y a factores con fuerte raíz cultural, se evidencian en la dificultad de las personas infectadas para ejercer sus derechos libremente, por consiguiente se manifiestan en violaciones a sus derechos.

Según el último informe estadístico de la Secretaría de Salud sobre la situación del VIH en Honduras, a octubre 2010 se reportaron 28,695 casos de personas con VIH (desde el primer reportado en 1985). De ese total, 20,808 son casos de infección avanzada por VIH (72.5%) y el resto son casos de personas asintomáticas.

La tendencia a la feminización de la epidemia en el país es clara, durante los últimos años ha existido una tendencia ascendente de nuevos casos de mujeres infectadas, logrando un 47.3% del total y una proporción hombre-mujer casi de uno a uno (1:1).

Los rangos de edad con mayor número de casos totales de VIH (acumulados desde 1,985) son: 25-29 años con un 21%, 30-34 años con el 18% y 20-24 años con el 15% y 15%, respectivamente. En conjunto, los tres grupos anteriores constituyen aproximadamente el 54% del total de casos de VIH en el país .

Uno de los mayores problemas para brindar una respuesta efectiva a la epidemia ha sido la falta de registros confiables que permitan determinar el volumen real de casos de personas con VIH.

La vigilancia epidemiológica aún presenta un sub-registro de casos acumulados y nuevas infecciones de personas y, por consiguiente, las estrategias actuales desarrolladas por grupos de interés aún son suficientes.

Asimismo, las violaciones al derecho a la no discriminación promueven el incremento de la pandemia, debido a la estigmatización y exclusión que enfrentan las personas afectadas. Esta discriminación se refleja en el abandono comunitario, la marginalización del acceso a los bienes y servicios necesarios, aislamiento de la protección de la ley, exclusión laboral y en general acceso inadecuado a atención y tratamiento.

La contribución del CONADEH en la construcción de una visión integral para el abordaje de la pandemia del VIH, conlleva intervenciones locales en cuatro vías principales: fomento de la participación ciudadana (Redes Promotoras y Defensoras de Derechos Humanos en la temática de VIH), sensibilizar autoridades y tomadores de decisiones (incidencia política), la promoción amplia y sostenida de derechos dirigida a la población en general y atención, seguimiento y acompañamiento de quejas de personas con VIH.

Es de fundamental importancia conocer los derechos que con mayor frecuencia son violentados, tanto para identificar las áreas en que esas violaciones suceden como para reconocer las personas que participan y poder educarlas.

Dicho conocimiento contribuye a orientar las intervenciones que en carácter de promoción de derechos y de incidencia política se requieren para disminuir el estigma y discriminación del grupo vulnerable que nos ocupa.

En ese sentido, el 42.25% de las quejas interpuestas por violaciones a personas con VIH ha sido por mujeres, el 23.94% por hombres y el 33.8% por grupo mixto (redes, asociaciones, entre otros).

Asimismo, un análisis de las quejas según grupo etario, evidencia que el 11.97% de los casos se relacionan con la vulneración de derechos de población menor de edad, mientras un 58.45% se vinculan a derechos conculcados a personas adultas; el 29.58% restante corresponde a quejas interpuestas por violaciones que afectan los de grupos particulares (familias, grupos de auto-apoyo y otros).

De los casos recibidos, se ha constatado que el derecho a la salud, a la integridad personal, al trabajo y a la educación son los derechos más violentados.

También se ha observado cuatro ámbitos sobresalientes donde se vulneran estos derechos:

  • instituciones públicas con el 48.59%,

  • ámbito familiar y particular con 22.53%,

  • instituciones privadas y ámbito comunitario con 18.30% y 10.56%, respectivamente.

Del total de quejas reportadas por violaciones a instituciones públicas, el 63.32% corresponde a la Secretaría de Salud y el 14.49% a la Secretaría de Educación, el resto corresponde a la Secretaría de Seguridad (Centros Penales y Policía Nacional Preventiva) y Alcaldías Municipales.

El grupo vulnerable de personas con VIH ha sido atendido por parte del CONADEH, en donde más del 60% de las quejas interpuestas se han concluido por restitución del derecho violentado.
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